Palma es una ciudad salpicada por edificios modernistas. Uno de los más reconocibles y emblemáticos es el Gran Hotel, sede actual del CaixaForum de Palma. Proyectado por el arquitecto Lluís Domènech, se trata de una de las primeras construcciones modernistas de la ciudad (1903). Fue además un hotel pionero en la isla: el primero en contar con electricidad y teléfono.

Su interior es visitable porque es sede de exposiciones temporales y de una permanente que es un regalo coherente con el edificio: una colección del pintor modernista Hermen Anglada Camarasa.